El destino~Segunda parte[YabuDai-Yabutaro-InooDai]

Holaaa!!! Pues hoy me dio por escribir esta conti y no se porque....aunque al principio iba a hacerlo de forma diferente cuando me puse a escribir salió esto....no se porque pero no me acaba  de convencer del todo pero bueno es lo que salió de mi escasa inspiración ~Gomen~ Aún así espero los comentarios con vuestras opinionees ^^

-Segunda parte-

En apenas dos semanas todo, absolutamente todo había cambiado tanto. Ahora estaba solo, sin la persona que le gustaba a su lado, sin poder verle todos los días y todo por culpa de que su padre lo había mandado a vivir con sus tíos durante una temporada para él poder viajar. Le parecía que su padre era egoísta. Recordaba a cada segundo la cada de su Dai-chan cuando le dijo que se iría y que no se podrían ver, vio como las lágrimas amenazaban con salir de sus ojos. 


Suspiró tirado en aquella cama y sin mas que hacer, ya que no podía cambiar aquello, se levantó y decidió pasear por allí y entrar en algún local ya que siendo de noche aquello estaría animado y podría conocer gente.

Entró en un local en el que parecía haber un buen ambiente y se pidió una cerveza. Podía ver a la gente bailar, a las luces parpadear, el humo que allí había y las parejas necesitadas en las esquinas de aquel local dónde se pensaban que no se les veía como para empezar a jugar. Entre ellas le llamó la atención una pareja de niños menores que el. Uno mas bajito que otro, lo raro es que uno de ellos, el mas alto, le sonaba de haberlo visto antes.


 No le prestó mucha atención y al rato de estar allí se dirigió al baño, en el camino alguien le empujó y chocó contra dos chicos que habían apoyados en la pared. Los miro para disculparse y ahí estaba aquel niño que tanto le sonaba pero ahora ya no estaba con aquel chico bajito si no con uno alto y castaño. Se disculpó y fue al baño. Al salir se fue del local cansado, no había logrado mucho. Cuando salió notó que alguien le seguía y mas tarde le tomaban de la muñeca.

-         Hola.- le dijo aquel chico pequeño que tanto le sonaba.- Soy Morimoto Ryutaro.- sonrío inocentemente. Entonces lo recordó: “Morimoto cuando dejarás de jugar con todos, no ves que eso no te hace ningún bien.” Era uno de los que se había cruzado aquel día cuando iba con Daiki.

-         Hola….- murmuró suave.- Soy Yabu Kota.- trató de devolverle la sonrisa.

-         ¿Dónde vas tan solo? Un chico guapo como tu debería de volver a casa bien acompañado- sonrío traviesamente el menor.

-         No quiero ni necesito compañía de ese tipo pequeño, no me interesa un chico objeto que solo busca sexo y diversión para una noche.- se soltó del agarre y caminó hacia delante dejando al menor completamente sorprendido de aquellas palabras, era la primera persona que le decía algo así y que le rechazaba.

Mientras tanto en otro lugar…...

Daiki se la pasaba todos los días pasando por la librerías en las que frecuentaba con el mayor, cuanto lo extrañaba sentía ganas de llorar pero debía ser fuerte aunque ya no tuvieran una relación ellos seguirían siendo amigos para siempre. Al salir de la librería con un libro nuevo se sentó en un banco de un parque cercano, ya era casi de noche pero prefería leer un poco en un lugar tranquilo como aquel. Inició su lectura pero pronto comenzó a llorar, no podía evitarlo….lo había aguantado durante tantos días y lo echaba tanto en falta.

-         Mojaras el libro con tus lágrimas….- dijo alguien agachado frente a él.-¿ Te encuentras mal? ¿No tienes dónde ir? ¿ Te perdiste?- lo miró preocupado.

-         No…..no es eso….- se secó rápidamente sus lágrimas y cerró su libro.- solo que…..el libró es dramático.- Mintió y sonrío de lado algo obligado.

-         Menos mal que solo era eso.- respiró aliviado.- Soy Inoo Kei, un placer.- sonrío amablemente extendiéndole la mano amistosamente.

-         Arioka Daiki….encantado.- dijo sonriendo también, aquel chico en cierto modo le hizo olvidarse de Yabu en ese instante.

A partir de aquel día comenzaron a verse diariamente, a conocerse, a contarse cosas sobre ellos a darse consejos a ayudarse mutuamente. Ambos podían sonreír felices cuando estaban juntos, ambos habían conocido a alguien que había despertado ese sentimiento de amor en su interior, pero ninguno de los dos los confesaba.

Continuará……….