Creer en uno mismo~Yamajima [One-shot]

Holaa~ Si hoy vengo a actualizar, lo que escribí no me gusta nada....pero nada de nada u.u Siento que no estoy inspirada para nada y escribo cosas sin sentido pero bueno....u.u Intentaré mañana escribir la conti del takabu si estoy de animo y tal . 

~ Creer en uno mismo ~

Autora: Komaki

Extensión: One-shot (creo que corto)

Pareja: Yamajima

Género: Ni idea ._.

Escapar, solo quería escapar,. Pero no escapar de casa, ni de la ciudad o del mundo si no que quería escapar de su vida entera, de el mismo. Nada en su vida lograba funcionar con normalidad, veía a sus amigos felices, con padres geniales que se comportaban como tales. Pero su vida no era así, el no tenía a nadie…era de padres divorciados, con un hermano menor al que cuidar. Su madre dedicaba su vida a amargar la suya, no dejaba de atormentarle pero aun tenía a su abuela. Respecto a sus amigos…no solía salir mucho con ellos, se sentía mal cuando iba con ellos ya que los veía felices, sin embargo el era raro, se comportaba raro. Así era el y así era su vida.

Un día como otro cualquiera, escuchando a su madre gritarle, realmente no le hacía mucho caso pero no se callaba y logró sacarle de sus casillas comenzando así una pelea. Pelea que terminó en un empujón a su madre marchándose del lugar enfadado, molesto. Su móvil sonó, su padre quería verle al enterarse de lo ocurrido.

-         Vaya las malas noticias vuelan…- suspiró y fue hasta el lugar en el que había quedado con su padre.

Le escuchó, esperó a que terminara de decirle lo de siempre: Que tenía que aguantar, cuidar a su hermano para que no pasara lo mismo con el, pero que también debía de hacer su vida, salir con sus amigos y pensar en el mismo y su felicidad. Se limitaba a escuchar a su padre sin decir nada, pero entonces escuchó lo que jamás querría haber oído.

-         Eres igual que ella, tu carácter es el mismo que el suyo.

Vale, eso le había molestado. Cogió su móvil y se marchó del lugar. No estaba de ánimos como para escuchar que era como aquella mujer que le había dado la vida pero a la que no se le podía llamar madre.

                                                           *****

Los días pasaron, sin salir de casa, sin salir de su habitación en aquel caluroso verano. No tenía ánimos de nada, no quería ver a sus amigos y al parecer ellos a el tampoco ya que no había recibido noticias de ninguno en aquellos días. Suspiró y se levanto, debía de salir a tomar el aire aunque solo fuera por esa noche.

Se arregló lo más simple que pudo y salió de su casa solo sin querer quedar con sus amigos pero fue a parar al lugar donde ellos estaban. Suspiró y puso su mejor cara saludándoles a todos.

-         Yuto- Chinen, uno de sus mejores amigos le abrazo al verle.- Nos abandonaste durante mucho tiempo.

-         Lo siento Chii, tuve algunos problemas y no tenía ganas de salir- sonrió de medió lado a aquel pequeño.

-         Deberías salir más, así pensarías menos.- Dijo Takaki, otro de sus mejores amigos y novio de Chinen.

-         Quizás si.- dijo para que así aquella conversación terminara.

-         Pásemelo bien- dijo Keito un amigo con el que no tenía mucho trato.

Sin más se adentraron en una discoteca, había demasiada gente y eso era algo que el odiaba, sentía que se ahogaba allí dentro así que dejó a sus amigos bailando y salió a la terraza de aquel lugar, total nadie notaría su ausencia. Suspiró mirando al cielo, se sentía tan solo en aquel lugar…realmente quería huir de si mismo.

-         ¿No te sientes bien?- dijo una suave y tierna voz a su lado, simplemente dirigió su mirada a aquel chico más bajo que el y se le quedó mirando.- No tienes buena cara.

-         Estoy bien- trató de sonreír de forma natural, total ni sus amigos sabían cuando no sonreía de verdad.

-         Mentir no es lo tuyo.- soltó una pequeña risita aquel chico.

-         No miento.- hizo una mueca de molestia.

-         Pues es bastante obvio que no estás bien, hasta un tonto lo notaria.- le miró fijamente. ¿Como aquel chico al que no conocía podía darse cuanta de aquello?

-         Creo que no es cierto, eres el único que se dio cuenta- suspiró Yuto.

-         Soy Ryosuke Yamada- sonrío sin apartar la mirada de la suya.

-         Yuto Nakajima- Le miró y por un momento se quedó en silencio.

-         Tu…¿viniste solo?- preguntó curioso.

-         No, con tres amigos pero parece que no notan mi ausencia allí dentro.- sonrío de medio lado.

Su conversación se alargó durante horas hasta que Yamada tuvo que abandonar el lugar. Yuto regresó a la pista viendo a sus amigos, se acercó a ellos y simplemente les informó de que se marchaba del lugar. Regresó a su casa dando un lento y agradable paseo, sentía que había echo un amigo que si veía claramente sus emociones y sentimientos.

                

                                                                        ***

Había pasado un mes desde que había conocido a Yamada. Todo había cambiado radicalmente en su vida: ya no le prestaba atención a lo que su madre le decía así que ya no discutían, no salía con sus amigos y ya no le preocupaba que ellos no le prestaran atención, sentía ganas de salir pero solo con el.

En el tiempo que habían estado viéndose había comenzado a sentir algo diferente que amistad por aquel chico. Le comprendía, le ayudaba y había conseguido que no se odiara a si mismo. No se atrevía a confesarle sus sentimientos y eso era algo que lo tenía bastante preocupado. Ese día habían quedado, se alisto y fue al lugar de siempre.

Al rato de estar juntos se creó un silencio y Yuto se quedó pensando en sus cosas,  Yamada le miró y suspiro.

-         Yuto-kun….¿Que te ocurre?

-         ¿Eh? A mi no me pasa nada- sonrió al mirarle.

-         ¿Sabes? No te creo, te dije desde el primer día que mentir no era lo tuyo. Si no mas a decirme la verdad mejor cállate y no digas nada.- suspiró caminando delante de él. Yuto le agarró del brazo y lo acerco a él juntando sus labios con los suyos uniéndolos así en un dulce beso.

-         Has cambiado mi vida…- murmuró suave sobre sus labios aún con los ojos cerrados.- Cuando todo estaba oscuro tu me iluminaste, me mostraste el camino, hiciste que creyera en mi mismo, que viera mi parte buena cuando yo pensaba que no la tenía, me siento persona estando junto a ti….Me siento útil para alguien. Me gustas.- declaró Yuto.

-         No eres útil solo para mi, sino para muchas mas personas Yuto….aunque no lo creas tus amigos te echan de menos.- acarició su mejilla con suavidad.- Te quiero, me alegro de haberte echo ver la realidad…de hacerte ver lo mucho que vales.- besó sus labios y se fundieron en un beso que parecía no tener fin.

Hay personas que complementan a otras, hay otras personas que te enseñan a hacer cosas bien y otras que te muestran que lo que tu pensabas de la vida  era erróneo. Porque aprender a valorarse a uno mismo es lo más importante para poder ser feliz.

FIN